Nélsida Marmolejos, destaca la importancia de abordar la problemática del embarazo en adolescentes y la inclusión social del adulto mayor en los países de América Latina

Thursday, 27 June 2019

Sao Paulo, Brasil.  Nélsida Marmolejos, Directora de la DIDA y presidenta para América Latina del Consejo Internacional del Bienestar Social (CIBS), dictó la conferencia ¿Cómo Podemos Hacer del Mundo un Lugar Mejor para 2030? en el marco del evento “Relaciones Humanas y Desiguales en América Latina”, efectuado en Sao Paulo, Brasil.

La actividad fue organizada por el Consejo Internacional de Bienestar Social (CIBS) para la Región de América Latina, conjuntamente con el Servicio Exterior de Comercio (SESC) y el Centro Brasileiro de Cooperación e Intercambio de Servicios Sociales.

En su discurso, la directora de la DIDA se refirió a los retos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible,  enfocada a las problemática del embarazo en adolescente y la inclusión social del adulto mayor.

Discurso Íntegro  

Los seres humanos aspiramos que el mundo sea un lugar mejor, cada uno desde nuestra propia perspectiva, pero hablar de un mundo mejor para algunos implica bienestar material o económico y para otros simplemente la satisfacción de necesidades básicas, un piso de protección social, un habitad que proporcione felicidad.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible representan un compromiso ambicioso para continuar proyectos y metas que ya se han iniciado y afrontar los retos más urgentes a los que hoy se enfrenta el mundo.

Los 17 Objetivos se interrelacionan entre sí, es decir que la consecución de uno afecta los otros. En suma, es una oportunidad sin igual en beneficio de la vida de las generaciones futuras.

Veamos cómo se distribuyen los recursos en el mundo y como esto afecta el desarrollo de nuestra sociedad:

De acuerdo con el informe Riqueza Global (Global Wealth) 2015, elaborado por Credit Suisse, empresa suiza dedicada a brindar asesoramiento y servicios financieros desde 1856, el 45% de la riqueza a nivel mundial está concentrada en sólo 0.7% de la población.

La riqueza del mundo no sólo sigue en manos de una pequeñísima minoría sino que, al 2017, la brecha entre los superricos y los pobres se agrandó aún más.

De acuerdo a datos publicados por el premio nobel de economía Joseph Stiglitz, el 1% de la población global concentra en el 99% del dinero que se genera en el mundo.

De igual manera el Banco Mundial establece que al año 2015 había 736 millones de personas que vivían con menos de USD 1,90 al día.

Entonces volvemos a replantearnos el tema que nos ocupa y preocupa. Partiendo de la distribución de las riquezas, ¿cómo podemos definir el bienestar?:

La noción de bienestar hace referencia al "conjunto de aquellas cosas que se necesitan para vivir bien. Recursos para satisfacer las necesidades materiales, salud, tiempo para el ocio y relaciones afectivas sanas y un medio ambiente adecuado para vivir en armonía con la naturaleza…".

Mientras que para algunos, bienestar significa lujos y riquezas para otros, es poder llevar un pan a la mesa que es a lo que puede aspirar una familia que subsiste con menos de dos dólares por día.

Hacer del mundo un lugar mejor debe ser parte de nuestra filosofía de vida, de nuestras prioridades, tanto a nivel social, profesional como personal. Esto implica infinidad de aspectos, desde el cuidado del medio ambiente o el desarrollo profesional, hasta la educación entre los jóvenes, la inclusión, o el más básico y fundamental respeto humano.

Hemos construido una sociedad que se alimenta de la experiencia de sus miembros, pero que tiene sus propias expectativas y retos y son estos los que suponen una competencia sin fin que limita la percepción de bienestar.

En lo que concierne a nuestras expectativas de bienestar nos concentraremos en el embarazo en adolescentes y la definición e inclusión del concepto adulto mayor, dos aspectos sociales contenidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los que a nuestro entender deben ameritar su abordaje a los fines de acometerlos de manera urgente.

En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se insta a todas las partes interesadas a trabajar por un mundo en el que toda mujer, niño o adolescente en cualquier entorno sea consciente de sus derechos a la salud y el bienestar físico y psíquico, tenga oportunidades sociales y económicas, y una participación plena en la configuración de una sociedad próspera y sostenible.

Primero: Embarazo en adolescentes:

¿Por qué abordamos como una de las expectativas de bienestar el aspecto relacionado con el embarazo en la adolescencia? 

El mismo tiene un efecto profundo en la trayectoria de vida de las adolescentes y de la sociedad. Entorpece su desarrollo psicológico y social, genera deserción escolar, problemas de salud, tanto para la madre como para el neonato, reduce las oportunidades laborales, pero además perpetúa el círculo de pobreza generacional, situación esta que aleja al ser humano de lo que se puede denominar en cualquier circunstancia, bienestar.

Según un estudio publicado en el 2018 por la Organización Panamericana de la Salud, Fondo de Población de las Naciones Unidas y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, América Latina y el Caribe ha experimentado la disminución más lenta de la fecundidad en adolescentes para el grupo de 15-19 años de edad de todas las regiones del mundo, y se ha citado como la única región con una tendencia ascendente de los embarazos en adolescentes menores de 15 años.

A nivel mundial, las complicaciones del embarazo y el parto son las principales causas de muerte en las adolescentes de 15 a 19 años. Cada año quedan embarazadas aproximadamente 16 millones de adolescentes de 15 a 19 años y 2 millones de adolescentes menores de 15 años.

La mayoría de los países con las tasas estimadas más elevadas de fecundidad en adolescentes en América Latina y el Caribe están en América Central, encabezados por Guatemala, Nicaragua y Panamá. En el Caribe, son República Dominicana (La tasa de fecundidad de las adolescentes dominicanas es de 90 por cada mil, índice que prácticamente duplica el mundial, que es de 51. En 2015, 34.453 de los partos, cesáreas y abortos en el país correspondieron a niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años, es decir, el 27,35 % de todos los alumbramientos, de acuerdo con datos preliminares recogidos por la Dirección de Información y Estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MSP)) y Guyana con las tasas estimadas de fecundidad en adolescentes más elevadas. En América del Sur, Bolivia y Venezuela tienen las tasas más altas. (Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe. Informe de consulta técnica (29-30 agosto 2016, Washington, D.C., EE. UU. Organización Panamericana de la Salud, Fondo de Población de las Naciones Unidas y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia)

El hecho de que este fenómeno sea tan alto en la región y el mundo es el testimonio más veraz de los datos sobre la concentración de la riqueza  que hemos citado anteriormente, evidenciando que esa inequidad social es lo que sigue reproduciendo el circulo de la pobreza debido a que la mayoría de estas adolescentes provienen de hogares disfuncionales, a la vez que somos conscientes de que muchas de ellas huyen de sus hogares hasta para poder alimentarse.

Nuestro compromiso como organizaciones llamadas a trabajar por una sociedad de oportunidades, que permita al ser humano un nivel de bienestar, acorde con el desarrollo de la misma, es garantizar que se creen los medios que permitan que estas adolescentes puedan cumplir con un ciclo de vida en consonancia con sus edades.

No es suficiente hablar, es hora de actuar. ¿Qué estamos aportando para hacer del “mundo de nuestras adolescentes” un lugar mejor?

Esta oportunidad es propicia para redoblar los esfuerzos de manera global que permitan avanzar a un ritmo más acelerado hacia la disminución de esta problemática, evidenciando que los esfuerzos hechos para combatirla individualmente, no han contribuido a reducir este fenómeno, lo que ha hecho es aislarnos y buscar la responsabilidad a nivel local, impidiendo un enfoque colectivo que globalice la acción de manera creativa que dé respuestas más oportunas y evidentes.

Respetando la diversidad en cuanto a la concepción de los valores, cada cultura, para preservar lo que es el bienestar en su segmento poblacional, tiene que reparar en fortalecer aspectos trascendentes para la superación de esta problemática que afecta a nuestras adolescentes, abordando aspectos tales como los relacionados a las causas de la deserción escolar,  la reproducción a destiempo, la violencia intrafamiliar, en fin una serie de situaciones que a la postre se ha determinado estadísticamente que conducen a que las jóvenes sean víctima de embarazos no deseados.

Convencidos de que vivimos en una época de libre pensamiento, es necesario que cada uno asuma de manera colectiva en su segmento social, cultural y religioso la responsabilidad de construir ese estado de bienestar que se persigue con la utopía que cada uno tiene, evitando que el individualismo y egoísmo asuma la conducción del universo, contribuyendo al surgimiento una sociedad sin dogma.

Segundo: Adultos Mayores.

Y así como tenemos primavera, también tenemos otoño y ambas estaciones tienen sus encantos.

De acuerdo a un estudio publicado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), el envejecimiento de la población es una de las tendencias más significativas en el siglo XXI. Tiene repercusiones importantes y de vastos alcances en todos los aspectos de la sociedad.

A escala mundial, cada segundo dos personas cumplen 60 años de edad, cerca de 58 millones de personas llegan a los 60 cada año, significa esto que una de cada 9 personas en el mundo tiene 60 o más años de edad y las proyecciones indican que la proporción será una de cada cinco personas hacia el año 2050, por tanto, la longevidad de la población es un fenómeno que ya no puede ser ignorado.

En marzo del año 2016 nos reunimos en esta ciudad y los que en ese momento tenían 57 años ya están en sus 60 y estamos casi seguros que muchos de ellos están aquí presentes. Podríamos decir que cosas de las que dijimos en esa oportunidad se repetirán aquí hoy, también podemos decir con mucha satisfacción que este tema forma parte de los ODS por lo que forma parte de las principales políticas públicas de los países y gobiernos y que hoy por hoy hay una población activa que hace uso de sus derechos y reclama mayor participación e inclusión dentro de la sociedad y eso forma parte de los beneficios de este tipo de encuentros.

Hasta hace unos años este fenómeno de la población adulta mayor era solo de los países desarrollados, cuyo nivel de crecimiento poblacional es cero y en algunos casos menos cero, contrario a América Latina que es una población relativamente joven y por demás en crecimiento constante.

El reto es cambiar la cultura, cambiar la forma como abordamos esta etapa de la vida, debemos propender a visualizar con mayor objetividad la realidad que vivimos socialmente, a la vez que asumimos como Estado la responsabilidad de impulsar políticas públicas que beneficien a las futuras generaciones de adultos mayores.

Es pertinente aumentar los parámetros utilizados para medir nuestro retiro si reconocemos los avances de la ciencia y la tecnología para garantizar una mayor expectativa de vida.

Según el informe anual de la ONU, aunque la media mundial es de 71,4 años (en 2015), existen grandes diferencias entre las distintas zonas del planeta. En Europa y América del Norte la media es de 73 años, en Oceanía es de 71 años, en Latinoamérica es de 70 años, en Asia es de 61 años y en África es de 55 años.

Vista esta realidad debemos hacer énfasis para estimular la creación y el cumplimiento de políticas públicas que garanticen mayor y mejor calidad de vida ya que su ausencia contribuye a hacer incierto no solo su bienestar, sino el futuro de la población longeva.

La ciencia y la tecnología han puesto en manos del conocimiento humano la fórmula para prolongar la vida, lo que nos lleva a redoblar nuestros esfuerzos en la misma proporción para que con medidas como estas demos inicio a un gran festival de inclusión y protección social para el adulto mayor.

¿Qué acciones podemos implementar para hacer del “mundo de esta nueva generación de adultos mayores” un lugar mejor?

 

  • Asumir la responsabilidad como generación de que así como hemos prolongado las expectativas de vida con capacidad productiva, a la vez tenemos la obligación de crear el espacio que permita utilizar creativamente ese ciclo vital en la sociedad.
  • Garantizar el acceso a las oportunidades en función de la capacidad y no de la edad.
  • Aprovechar la experiencia de los adultos mayores para la transferencia de conocimientos tendentes a la formación de nuevos liderazgos manteniendo la memoria histórica.
  • Crear espacios de inclusión, recreación y capacitación tecnológica para este segmento poblacional.
  • Establecer pensiones dignas a la hora que realmente la persona necesite retirarse de la actividad productiva.
  • Garantizar el acceso oportuno a servicios de salud integral.

 

Abordar estos temas en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), nos une en objetivos concretos, logramos poner un nombre a los proyectos que pretendemos desarrollar.

Los ODS implican un compromiso de cooperación y positivismo para elegir las mejores opciones, atendiendo a las particularidades, con el fin de mejorar la vida, de manera sostenible, para las generaciones futuras.

Y ese compromiso debe garantizar el más alto grado de satisfacción de la persona de modo estable, que ese bienestar se desarrolle en función de la definición y aspiración personal pero que se manifieste en la colectividad.

Señores, concluyo en que ciertamente eso hacemos aquí, reunidos, aproximándonos como siempre a lo que es la razón del ser humano, pensar, transformar, juntarse los que comparten las mismas preocupaciones y pensamos construir desde nuestra lógica lo mejor, tal como establece el Objetivos de Desarrollo Sostenible 17, creando alianzas para lograr los objetivos.

El bienestar para mi consiste en construir ese ideal objetivamente sintiendo satisfacción por lo que hacemos y sobre todo cumpliendo con el sagrado deber que se deriva de nuestra condición humana.

Por ejemplo, que alegres y satisfechos nos encontramos los aquí presentes exponiendo nuestras ideas y conociendo propuesta que satisfacen nuestras utopías, siempre que entendamos que hay otras utopías muy diferentes a las consideradas aquí y ¿saben qué? Eso es lo que da la razón de ser al desarrollo humano y al crecimiento social, las luchas de contrarios, el día y la noche, la luna y el sol, la lluvia y la sequía, el fuego y el agua.

Ahora bien, todo esto contribuirá a impulsar la sociedad de bienestar que debe imperar en la humanidad sin embargo seguirán siendo aspiraciones hasta tanto se reordene de manera más equitativa el orden económico mundial descrito al inicio de esta intervención.